LA HORA DE LOS PUEBLOS (1967)
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La integración continental de la América Latina es indispensable: el año 2000 nos encontrará unidos o dominados, pero esa integración ha de ser obra de nuestros países, sin intervenciones extrañas de ninguna clase, para crear, gracias a un mercado ampliado, sin fronteras, las condiciones más favorables para la utilización del progreso técnico y la expansión económica; para evitar divisiones que puedan ser explotadas; para mejorar el nivel de vida de nuestros millones de habitantes…
MODELO ARGENTINO PARA EL PROYECTO NACIONAL (1974)
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Cada país participa de un contexto internacional del que no puede sustraerse. Las influencias recíprocas son tan significativas que reducen las posibilidades de éxito en acciones aisladas. Es por ello que la Comunidad Latinoamericana debe retomar la creación de su propia historia, tal como lo vislumbró la clarividencia de nuestros libertadores, en lugar de conducirse por la historia que quieren crearle los mercaderes internos y externos.
Lo repito una vez mas: "El año 2000 nos encontrará unidos o dominados". Nuestra respuesta, contra la política de "dividir para reinar" debe ser la de construir la política de "unirnos para liberarnos".
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La etapa del Continentalismo configura una transición necesaria. Los países que han de unirse progresivamente sobre la base de la vecindad geográfica y sin pequeños imperialismos locales. Esta es la concepción general con respecto a los continentes, y especialmente, la concepción de Argentina para Latinoamérica: justa, abierta, generosa y, sobre todas las cosas, sincera.
Debemos actuar unidos para estructurar a Latinoamérica dentro del concepto de comunidad organizada, y es preciso contribuir al proceso con toda la visión, perseverancia y tesón que hace falta. Tenemos que asumir el principio básico que dice: "Latinoamérica es de los Latinoamericanos".
Quiero refirmar con énfasis que nuestra proposición no es agresiva: simplemente recoge la enseñanza de la historia y la proyecta hacia el futuro, incorporando la constructiva cooperación estrecha con todos los países.
Para cumplir plenamente con el programa universalista, debemos tener real independencia de decisiones, y ello requiere una Latinoamérica con individualidad propia. Como latinoamericanos atesoramos una historia tras de nosotros: el futuro no nos perdonaría haberlo traicionado.
Juan Domingo Perón